La calva

La calva Se jugaba en La Aldea hasta no hace muchos años, aunque actualmente no se practica. Sería bueno volver a él y rescatar las "herramientas" del juego, que a buen seguro andarán por alguna cuadra olvidados.
Tanto este juego-deporte como el anterior son ancestrales, seguramente fue practicado por los íberos y los celtas. Los pastores de muchas tierras de Castilla y León los practicaban como entretenimiento. Consiste en el lanzamiento de una pieza de hierro o piedra denominada morrillo para intentar dar a otra pieza de madera que recibe el nombre de la calva

El campo de juego es un rectángulo de tierra, de una longitud aproximada de 20 a 25 metros, en función de la potencia de los jugadores y su mayor o menor habilidad.
La calva es una pieza de madera con ángulo obtuso, con una abertura entre cien y ciento veinte grados; la parte inferior se llama base y está trabajada de forma que pueda asentar fácilmente en el suelo; la parte superior tiene una altura aproximada de 30 cm.
A la base, que es un poco más corta, se la llama zapata y a la superior alzada. El grosor suele ser algo más que el brazo de un niño y va disminuyendo a medida que sube la alzada.
El morrillo puede ser una piedra o tubo de hierro (relleno de lastre) de forma cilindrica.
Se puede jugar por la modalidad de individuales o por equipos de dos o tres jugadores, con la participación de varios equipos.
Es importante la figura del "rayero" que no juega, pero anota y hace de arbitro en las jugadas dudosas.
Para anotar los tantos tiene el "rayero" una tablilla rectangular de unos cuatro centímetros de ancha dividida por la mitad y longitudinalmente por una línea recta.
 Jugando a la calva   A la izquierda y derecha de esta línea la tablilla tiene hasta 30 perforaciones, correspondientes a los "tantos" que pueden realizar cada jugador o equipo en la partida y que están numeradas del uno al treinta.
El "rayero" va situando en cada agujero un palito, a modo de clavo, por cada tanto que gana un equipo. Los palitos o clavos son dos y claro está a medida que un equipo gana un tanto, saca el calvo del agujero donde estaba y los sitúa en el siguiente. Las partidas se pueden jugar a 22, a 25, a 30 tantos.
Cuando a un equipo le faltan dos tantos para ganar la partida el "rayero" lo anuncia diciendo: "Vinagre" y cuando solo falta un tanto el "rayero" dice "Aceite" y se pone la posición de "burro". Para ganar este tanto debe hacerse situado la calva boca abajo, es decir, poniendo el vértice de la calva hacía arriba, clavando en la "patera" los extremos de la zapata y de la alzada. Esto supone una mayor dificultad para ganar el tanto, pues la altura y dimensiones de los brazos quedan disminuidos.
Logicamente la forma de jugar y apuntar difiere de unos lugares a otros, aunque la base es la misma.

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