Page 43 - Revista 2013
P. 43

Aldea del Pinar                                                               Revista Nº 6 - Ago/2013

               “Con fechas de calendario”.




                    Cuando después de asistir a la misa del  ted con malevolencia.
            domingo doce de agosto, me dirijo a casa de Glo-  - ¡Espera¡ - le interrumpió el filósofo- ¿ya hi-
            ria a recoger algunos ejemplares de la nueva “re-  ciste pasar por las tres rejas lo que vas a con-
            vista  aldeana”,  la  idea  de  curiosear  un  poco,  tarme?
            antes de que llegue mi familia, aligera los pasos  -¿Las tres rejas?
            en dirección a casa. Pero los míos han llegado  - ¡Si¡
            ya, y van a ser los primeros en disfrutar de su  - La primera es la reja de la verdad, ¿Estás se-
            contenido.                                        guro de que lo que quieres decirme, es absolu-
                    Entretenidos  en  pequeños  quehaceres,  y  tamente cierto?
            agradables  recreos,  pasan  las  horas  y  la  noche  - No, lo oí comentar a unos vecinos.
            llega puntual. De pie, sobre el primer escalón, si-  -  Entonces,  al  menos,  lo  habrás  hecho  pasar
            go con la mirada al coche que se aleja y pierdo  por la reja de la bondad. ¿Eso que deseas de-
            su imagen. Un minuto después ya estoy en casa  cirme es bueno para alguien?
            leyendo con placer. Porque todo me es atractivo  - No, en realidad no, al contrario…
            y  con  lecciones  por  aprender,  sigo  leyendo  sin  - Entonces, -dijo el sabio sonriendo-, ¡Si no es
            omitir  detalle.  Como  en  las  páginas  anteriores,  verdadero, ni bueno, ni necesario, sepultémoslo
            sobre la banda horizontal leo, el título de la si-  en el olvido!
            guiente colaboración, “Las tres rejas”, en la mis-       No conocía esta enseñanza, tan digna de
            ma  línea,  hay  un  grabado  con  las  tres  rejas  ser tenida en cuenta, y parece que no quiero de-
            referentes.  Ellas,  tomadas  como  ejemplo,  serán  jar que se me escape, ni una sola letra. Pero ya
            las protagonistas de una historia que de inmedia-  no  podía  seguir  con  la  lectura.  Tenía  que  cen-
            to  voy  a  conocer.  Ilustrando  la  colaboración,  trar,  cuanto  estaba  descubriendo,  tenía  que  ir
            hay un segundo grabado, y en él, la figura de un  más despacio. Asumir aquel regalo y cuanto me
            campesino labrando la tierra, de la manera tradi-  estaba haciendo sentir con tanta fuerza.
            cional  y  sin  que  en  mi  valoración,  le  falte  el   Había  esperado  durante  muchos  años,
            más pequeño detalle. Esa bonita imagen, ha deja-  había sentido la impotencia, la soledad. La gran
            do en el recuerdo nostalgia de otro tiempo que  preocupación,  de  asignatura  pendiente,  que  se
            ya, no volverá. ¡Comienzo a leer!: El preámbu-    va a quedar ahí, sin cumplir su compromiso. Y
            lo inicial, bien planteado y de sana exposición y  de  pronto,  detalles  reveladores,  como  el  de
            claridad.  Estaba  calando  hondo  en  necesidades  “Las tres rejas” cambian todo eso.
            particulares,  que  llevaban  esperando  muchos          La reflexión, es una actitud extraordina-
            años. Y por ser así, cada uno de esos conceptos,  ria y pasan las horas, sin que el sueño marque
            son esa suave brisa, que el espíritu recoge agra-  el tiempo. En la amanecida del siguiente día, lu-
            decido y se queda con ella para siempre. Y termi-  nes trece. Ya sé lo que debo hacer, como lo he
            na  su  autor  presentador  “Rabel  de  cuadra”.  de hacer, y cuál es mi esperanza.
            -¡Qué diferencia de comportamiento con el que            Entre  mis  escritos  de  aldeana  si  mas,
            predica el sabio filósofo, que vemos a continua-  hay  una  historia,  aún,  no  terminada.  Por  cómo
            ción!                                             fue concebida y el “valer “natural que la identi-
                    “El joven discípulo de un filósofo sabio  fica, he decidido elegirla como primera candida-
            le dijo”:                                         ta,  a  pasar  en  positivo,  por  “las  tres  rejas”
            -Maestro, un amigo suyo estuvo hablando de us-    referentes.
                                                                     Puede pasar, porque es mía, la conozco
                                                              bien, y respondo por verdadera y comprobable.
                                                              ¿Qué  es  bueno  que  otros  la  conozcan?  ¡Claro
                                                              que lo es!
                                                                     No  tiene  nada  que  ver,  lo  cercano  de
                                                              una puntual vivencia, con el “suponer” de quie-
                                                              nes,  no  estuvieron  presentes,  y  contando  se
                                                              equivocaron y nacieron los errores. Que se que-
                                                              daron ahí.
                                                                     ¿Qué es necesaria? ¡Por supuesto que lo



                                                            43
   38   39   40   41   42   43   44   45   46   47   48