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Aldea del Pinar Revista Nº 6 - Ago/2013
pero sobre todo encontraron una fuerte resistencia
en estas tierras de los celtíberos, gente aguerrida y
echá p’alante. El senado romano tuvo que tomar
cartas en el asunto y mandar un cónsul especial, por-
que era intolerable la cabezonería de estos pelendo-
nes y demás familiares, con no dejarse dominar por
el pueblo que había conquistado el mundo conoci-
do. Total, acabaron con Numancia y con ello con el
sueño de independencia de los celtiberos. Los que
quedaron vivos los metieron en su ejército y así se
les dio gusto a sus aficiones guerreras y pasaron de
oprimidos a opresores de otras tierras y gentes, co-
piaron la espada (falcata) y criaron sus caballos que
no sabemos que ocurrió con el substrato indígena: eran duros y de poco mantenimiento, como un
los mataron, los absorbieron, los echaron, los toma- coche alemán.
ron como esclavos … a tanto es difícil llegar así que ¿Y que pasó en la aldea y Hontoria con es-
cada cual ponga lo que más le guste. tos nuevos amos? Pues nada, no se formaron nú-
Los pueblos celtiberos solían estar amuralla- cleos de población romanos de importancia, sino
dos y en sitios altos de fácil defensa y difícil vida, que simplemente la "paz romana" permitió abando-
porque los castros serían muy seguros pero solo pa- nar los incómodos castros y bajarse al llano, pegadi-
ra ir a por agua al río echaban la mañana. De su pre-
sencia quedan dos testimonios “El castro” y “el
Pico de Navas”. Nada que decir de la Aldea al res-
pecto, ningún castro a la vista y eso que Raúl y yo
hemos echado algún que otro paseo, en busca del
“castro perdido”.
Si algún habitante seguía poblando esta pe-
queña parte del mundo, debía estar encaramado en
algún altillo próximo al río, tal vez el que está junto
al Pozairón, que por cierto es un lugar perfecto bajo
el punto de vista celta, para un pequeño asentamien-
to sagrado, junto la hoya donde se venera al dios Ay-
ron y donde se ofrecen rituales y probablemente
sacrificios. ¡Vamos!, que la Aldea se convirtió casi tos al río, que es mejor tierra y podían estar más
en un convento, solo que en vez de frailes tenía drui- cerca de sus ganados. El resto de influencias fueron
das y ya que les gustaban los robles, aquí en la Mue- que los caminos, articularon el territorio y permitie-
la debían tener abundantes y bajaban de vez en ron el intercambio y el comercio, elevando el nivel
cuando por el molino Roque caminito de la poza de vida y comodidad de aquellos celtiberos peleo-
con un hatillo de doncellas para calmar a los dioses, nes y digo peleones no pelendones. Vivieron mejor,
que no sé porque, que desde siempre se han manifes- pero se ablandaron un poco.
tado como entes cabreados y siguen igual. ¡No hay Hay quien quiere ver un grado de romaniza-
quien los entienda!. ción mayor y ve fuentes romanas por todas partes
(que pueden ser perfectamente posteriores) y puen-
tes romanos como el “Campanario” de Hontoria,
Lo de los romanos en España, para ellos His- que algunos certifican y otros critican, en esto es
pania, (al parecer era tierra abundante en conejos, como en el futbol unos se caen hacia el Madrid y
de campo se entiende), no fue cosa de dos días ni de otros hacia el Barcelona.
tres, aquí se estuvieron pegando tortazos a diestro y
siniestro con todos los habitantes de la piel de toro,
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